Mi viaje a Punta Cana había resultado tan bien como había esperado, mis días se resumían a despertarme tarde, comer buenazo, reirme con la familia y tomar sol en la increíble playa en la cual estaba.
Eran las 4:30 pm de mi ultimo día en el resort. Tenia el plan perfecto para cerrar mi viaje con broche de oro: sentarme en la playa, pina colada en mano, riendo con las ocurrencias de Cocoliso, el exitosísimo animador del hotel,y tomando sol para terminar con el bronceado perfecto.Nada podía ser mejor, pensé: Gracias Diosito, soy muuuy feliz porque todo lo que tengo es por ti.
De repente, como en una película, una nube negrisima cubrió el cielo completamente y empezó una lluvia muy fuerte, de esas que en Lima no hay. Por supuesto, pude observar como en cuestión de segundos toda la gente de la playa, incluida mi familia, se iba a la casitas para protegerse de la lluvia (también para comer) y que esta no pudiera mojarlos.Lo único que ahora se veía eran las toallas azules mojadas.En ese momento de soledad, en el cual eramos "yo y mis circunstancias" como dijo Gasset ( ay filosofía!) decidí meterme al mar.
Estuve nadando por varios minutos, me resultaba difícil ver puesto que las grandes olas que se formaban y me cubrían, se unían a la lluvia que me esperaba en la superficie cuando quería tomar un poco de aire (suena trágico). Si me ahogaba estoy segura que no la hubiera contado porque no había gente a mi alrededor.
Pude haber sido pesimista y pensar: QUE HORRIBLE DESPEDIDA DE MIS VACACIONES, que mal cierre! ;sin embargo,pensé que lo mejor que podía hacer era agradecer a Dios por lo que me estaba pasando, porque aunque físicamente me encontraba sola, sabia dentro de mi que Dios estaba conmigo y aunque el cielo y el mar hayan tomado un melancólico color gris, sabia que mi alma estaba llena de color y alegría gracias a Jesús.
De lo que sucedió pude sacar una conclusión importante,ello suele pasar en la vida diaria: pensamos que todo en nuestra vida es perfecto, tenemos algunos problemitas pero nuestra vida esta en equilibrio y ese estado,naturalmente, nos encanta.Pero de pronto, sin avisar,llega a nuestras vidas una lluvia muy fuerte: la perdida de un ser querido, que alguien en quien confiamos nos falle, que alguien en quien tenemos puesta nuestra seguridad se aleje o deje de pronto de estar,que tengamos problemas familiares o con amigos, etc... porque la lista de problemas es muy larga pero la de la solución es corta y concisa: JESÚS y su amor.Como me dijo una amiga que quiero muchisimo, estas tormentas que nos tocaran vivir no las podemos pasar solos, es Dios con su paz, su amor y su perdón que sobrepasan todo entendimiento,quien nos ayudara en los momentos mas dificiles, lo digo por experiencia.
Y puede que, como me paso a mi, segundos después de estar bajo un cielo azul, nos encontremos en medio de una tormenta de problemas, pero lo importante es que sepamos que si Dios permite que nos pase algo así, es para que sepamos reconocer lo bueno que tenemos, y es a veces estamos tan acostumbrados a nuestra vida que no valoramos lo que tenemos,o no recordamos que lo tenemos es por El, pero lo mas importante para saber y recordar: que El es el único eterno, que no falla, que perdona y olvida...solo porque nos ama.
Sofi :)
RD 2010